La risa clitórica

La risa clitórica

Comparto hoy contigo unos recuerdos infantiles de los juegos de la risa con su mamá, con su abuela Coco y con su hermana que me ha contado Marcela Ángeles RoCo (mar_ange_roco).


Mujer en forma de vulva que eternamente ríe 
Petroglifo prehistórico 
Museo de Cáceres  (España) 
Foto: María-Milagros Rivera Garretas 

jueves

La risa de las entrañas es un atributo del orgasmo clitórico, nunca olvidado por las mujeres a pesar del patriarcado.

“Mi mamá es quien me enseñó esta bella lección, y lo sigue haciendo con frecuencia.  Su risa es una puerta que me lleva a sus entrañas, a su infancia virgen, a su femenino libre, a su sabiduría.  Me gustaría reírme como ella, con todo el cuerpo, incluyendo vísceras, torso, piernas, brazos, cabeza, lengua, dientes, ojos y cabello, ella toda es una risa entrañosa que borra toda miseria, que me tranquiliza, que me recuerda que lo más importante es nuestro placer de ser mujeres.

Mi abuela también me enseñó el alcance y el mundo de la risa al que yo podía acceder cuando lo quisiera.  De niña mi abuela nos decía a mi hermana y a mí: “vamos a jugar a reír, a ver quién se ríe más sabroso”.  Era un juego que no tenía jerarquías, no había perdedora ni ganadora. . . ella iniciaba el juego con risas simuladas, con risas que no tenían una causa en particular, sino simplemente el gozo de jugar.  Y entonces poco después empezaba a reír auténticamente a partir de la risa simulada, se carcajeaba y obviamente a nosotras nos daba mucha risa verla y escucharla.

Total, que el juego, sabiamente iniciado por ella, se convertía en una fiesta, un revoloteo chispeante de risas primero forzadas pero luego bella y espontáneamente naciendo de nuestras entrañas y explotando por nuestras bocas, narices y ojos, siempre en contacto con la otra, contagiada por la otra, inspirada en la otra.  Era uno de los juegos más lindos que experimenté en mi niñez con mi abuela y con mi hermana.  Un juego divertido, hermoso, natural, entrañable y extraño jugar con ella.  Mi abuela físicamente ya no está en este mundo, pero estoy segura de que sigue riendo en el suyo, y me sigue invitando a jugar con ella, a través de la luz, a través de la música, a través de su energía, su recuerdo y sus ojitos que tengo bien guardados en mi corazón y en toda mi almacorporal.”


“Concebir cuerpos sin coito y conceptos sin falo es una expresión que me vino a la cabeza escribiendo la biografía de Sor Juana Inés de la Cruz en 2019. Ella no concibió cuerpos ni con coito ni sin él porque, según escribió en su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz, no tenía disposición para el matrimonio, ni siquiera, al parecer, en pequeñas dosis. Su madre sí los concibió, y varios, pero a Juana Ramírez de Asbaje (nombre de nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz) o no le convenció la experiencia materna o simplemente no quiso concebirlos. Todo su empeño lo puso en concebir conceptos sin falo, en escribir sobre ello y en hacer incansablemente política en la Querella de las Mujeres con todos los medios posibles: su propia vida, sus amores, la poesía, el teatro, la música, la pintura, la teología, la astronomía, el ensayo, el debate, la risa…”. (“El placer femenino es clitórico”, 148-149).

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