
El final del patriarcado en los Estados Unidos de América
Foto: Rompió la Luz | Rosa Millán García
Estos días, los cambios en la presidencia de los Estados Unidos están trayendo montones de comentarios políticos llenos de confusión y de miedo: miedo por la democracia. Son comentarios ideológicos que no entienden lo fundamental y, por ello, se enredan enseguida, asustados, entre democracias y dictaduras. En mi opinión, lo fundamental es que el patriarcado ha terminado. No en un sitio o en otro sino dentro de la mayoría de las mujeres de los Estados Unidos y del mundo. El final del patriarcado ha desplazado las ideologías a los márgenes de la vida y, de los márgenes de la vida, al vacío.
La democracia no tiene estatua. La libertad sí, y es mujer. Desde la Grecia clásica, el patriarcado occidental y sus ideologías se han sostenido en el contrato sexual (Carole Pateman), institución mortífera. Las mujeres de hoy ya no saben ni lo que es el contrato sexual. Los hombres tampoco. Las ideologías se desmoronan sin él, sin el contrato sexual. Las dictaduras y las democracias también.
Queda la vida, la vida como única insistencia (Antonietta Potente), la vida que siempre estuvo ahí. La vida es siempre mujer. Y libre. Hay esperanza. No importa tanto lo que ellos hagan. Hay mucho más. Las mujeres lo sabemos.