Publicado en Josefina Mutgé Vives, Roser Salicrú i Lluch, Carles Vila Aulesa, eds., La Corona catalanoaragonesa, el Islam i el món mediterrani. Estudis d’Història medieval en homenatge a la doctora Maria Teresa Ferrer i Mallol, Barcelona, CSIC, 2012, 603-615. ISBN: 978-84-00-09649-6; D.L.: M-41305-2012; e-ISBN: 978-84-00-09650-21..
De Teresa de Cartagena van lentamente aumentando los datos biográficos documentables con fuentes de archivo. Resulta, aun así, intrigante la dificultad de desvelar algo de la vida de esta mujer que, cuando una la investiga, responde ofrecie ndo más datos de otras mujeres cercanas a ella, como Juana de Mendoza o Teresa Carrillo (de la casa de Hormaza), que de ella misma. Mi intención aquí es ofrecer los datos encontrados en el archivo de monasterio de Santa Clara de Burgos y los resultados de la investigación en el de Las Huelgas y en fondos de los de San Ildefonso y Santa Dorotea de la misma ciudad. Resumo antes, sin embargo, brevemente los datos ya conocidos, con el propósito de facilitar el encaje de los nuevos en los contextos relacionales de la vida de esta Teresa y en las hipótesis sobre las partes oscuras de su vida y sobre las fechas de redacción de sus obras.
Teresa de Cartagena nació en la ciudad de Burgos hacia 1425, hija de doña María de Saravia (m. antes de 1442) y de Pedro de Cartagena (1387-1478), regidor de Burgos en 1423 y regidor principal en 1441, un hombre que sobrevivió a todos sus hijos (varones) legítimos. 2
Su abuelo paterno, Pablo García de Santa María (Selomó ha-Leví, 1353-1435), que estuvo casado con Juana (m. 1425), fue un rabino -quizá rabino mayor- de Burgos que en julio de 1390 se convirtió al cristianismo y fue obispo de Cartagena (de donde les viene este apellido) y de Burgos.
Teresa pasó su infancia y adolescencia en Burgos, en el barrio de Entramas Puentes (entre los puentes del Arlanzón y del Vena), en el palacio y torre del Canto, situado en la calle Cantarranas la Menor. Su padre describió esta residencia en enero de 1446 como las mis casas de canto que yo he e tengo en esta muy noble çibdat de Burgos que son en el varrio de entre amas puentes, que han por linderos de la una parte la calle de Cantarranas la Menor e de la otra parte el río e delante la calle corriente . 3
Allí convivió Teresa con sus hermanas Juana de Cartagena y María de Saravia, con sus hermanos Alonso de Cartagena (el mayor, muerto en 1467) y Álvar Pérez de Cartagena (el segundo, muerto en 1471), y con sus hermanastros Lope (1444-1477), que fue canónigo de Burgos, y Elvira (1445-?), hijo e hija de Mencía de Rojas, la segunda esposa de Pedro de Cartagena, que llevaron el apellido de su madre, si bien el padre les da el de Cartagena en el documento de fundación del mayorazgo, redactado cuando eran criaturas muy pequeñas.
Teresa de Cartagena, como ha dejado dicho ella misma, estudió en la Universidad de Salamanca. En este Estudio General pudo coincidir con su hermanastro Pedro de Cartagena (n. 1421/1422), hijo ilegítimo de Pedro de Cartagena, que estudió ahí leyes.4 Teresa fue desposada con el señor de Hormaza (Burgos), sin dejar sucesión que la sobreviviera.5
Este señor pudo ser Alfonso Fernández de Castro,6 vecino de Burgos, hermano y sucesor en el señorío de Hormaza del regidor de Burgos Juan Carrillo de Hormaza (m. 1434), marido este último de María Rodríguez de Hinestrosa e hijo de Gonzalo Ramírez de Mazuela y nieto de Gonzalo Ramírez, si bien nada se puede afirmar.7
Del castillo de Hormaza quedan (ahora en la Casa de Orgaz de Ávila) tres escudos de armas del siglo XV, en uno de los cuales hay flores de lis en el campo de la mujer, que podrían ser de Teresa.
Por motivos de momento desconocidos, el desposorio o matrimonio de Teresa de Cartagena con el señor de Hormaza no prosperó. En junio de 1446 está documentada como monja profesa en el monasterio de Santa Clara de Burgos8. Es probable, sin embargo, que ya hubiera profesado ahí en 1445, puesto que está ausente de la carta fundacional del mayorazgo que hizo su padre Pedro de Cartagena el 29 de enero de 1446, un mayorazgo que, aunque estrictamente patriarcal, no excluye a los descendientes varones de las hijas, que son nombradas meticulosamente por orden de nacimiento (Juana de Cartagena, María de Saravia y Elvira de Cartagena o de Rojas).9
Es interesante que Alfonso Fernández de Castro (y es interesante si es que fue marido de Teresa de Cartagena) vivía en junio de 1446, cuando su cuñada María Rodríguez de Hinestrosa, viuda de Juan Carrillo de Hormaza, le vendió un juro por los servicios prestados a ella y a su marido.10
Teresa de Cartagena sigue documentada en Santa Clara de Burgos hasta noviembre de 1452, año en el que se pierde su rastro en esta comunidad femenina, una comunidad muy bien documentada, por lo demás, en el siglo XV, ya que quedan, entre otras escrituras, muchas actas de sus capítulos.11
En Santa Clara de Burgos, Teresa de Cartagena no perdió el vínculo con la Casa de Hormaza. Entre junio de 1446 y noviembre de 1452 sale siempre en capítulos regidos por la abadesa Teresa Carrillo. Teresa Carrillo era sobrina de Alfonso Fernández de Castro y del hermano de este, Juan Carrillo de Hormaza, el cual le dejó en 1434 una manda testamentaria de mil quinientos maravedís por que rogase a Dios por su alma.12
Era ya monja profesa en Santa Clara de Burgos en 1431,13 constando como abadesa en 1439,14 como discreta en 1442,15 y de nuevo como abadesa en 1443,16 en 1445,17 y entre 1446 y 1458, año en el que se pierde su rastro en la documentación de esta comunidad femenina. En 1458 aparece como heredera universal y albacea testamentaria de su parienta Inés Carrillo, muger de Pedro de Torres, vezyna de la çibdad de Burgos, la cual insiste en que «quiero que lo herede ella e non otra persona alguna».18Teresa de Cartagena está documentada en tres capítulos o cabildos del monasterio de Santa Clara de Burgos entre 1446 y 1452, en el primero como discreta y monja profesa, en los otros dos como monja profesa. Aparece por primera vez en el del 8 de junio de 1446, convocado para dar una carta pública de censo. Intervinieron en este capítulo doña Teresa Carrillo, abadesa, Juana Díez, Sancha García, Catalina López,19
María Díaz, María García, Catalina García, Teresa de Cartagena, María Fernández de Candamo y María López, todas ellas discretas, monjas profesas del dicho monesterio.20 Vuelve a salir en el capítulo celebrado el 25 de noviembre de 1451, en el que estuvieron doña Teresa Carrillo, abadesa, Catalina López, vicaria, María Díaz, Sancha García, Teresa de Cartagena, Catalina García, María López, Teresa Fernández e Inés Garcés de Maluenda, monjas profesas. Se reunieron para dar en censo perpetuo, por valor anual de siete cargas y una fanega de pan mitad trigo y mitad cebada, a Juan Delgado, hijo de Gonzalo Pérez, y a Alfonso Fernández su yerno, hijo de Pero Fernández el Romo, vecinos de Arcos de Río Cavia, todas las casas, corrales, huerta, viñas, tierras de pan llevar y árboles, frutales o no, que el monasterio tenía en Arcos y en sus términos.21
La documentamos, por último, el 2 de noviembre de 1452, en el capítulo que se reunió (como de costumbre en la red çerca del coro, llamadas a nuestro cabildo por çínbalo pulsado) para dar en censo perpetuo de mil maravedís anuales, a pagar la mitad por san Juan de junio y la otra mitad el día de navidad, a Pero Fernández de Sandoval y a su hijo Martín Fernández de Sandoval, carpinteros, vecinos de la ciudad de Burgos, las propiedades que la comunidad tenía en la calle Cantarranas la Menor de Burgos, calle en la que estaba la morada familiar de Teresa de Cartagena. Consistían las propiedades en dos pares de casas, unas en la acera del mercado, en el cantón o esquina de Cantarranas la Menor, y las otras en la propia calle Cantarranas, pegadas a la parte trasera de las primeras.22
Participaron en este capítulo doña Teresa Carrillo, abadesa, Juana Díaz, Catalina López, vicaria, Sancha García, María Díaz, María García, Teresa de Cartagena, Mari Fernández de Candamo, Catalina García, María López y Teresa Fernández, monjas profesas.23
Sabemos que tres años y medio antes, el 3 de abril de 1449, el escritor obispo de Burgos y tío de Teresa de Cartagena, Alonso de Cartagena, había obtenido del papa Nicolás V dispensa para que Teresa dejara la Orden de Santa Clara y entrara en la del Císter, que le gustaba más. El obispo la llama Teresa Gómez de Cartagena y especifica que era hija legítima de uno de sus hermanos, sin precisar cuál. El 2 de mayo del mismo año 1449, Nicolás V concedió a la misma religiosa dispensa para que pudiera obtener cargos en su Orden al cumplir los veinticinco años.24
No obstante, como hemos visto, el 2 de noviembre de 1452 Teresa de Cartagena seguía en Santa Clara de Burgos. El 6 de julio de 1453 volvemos a tener noticias de Teresa de Cartagena como monja, sin especificar su Orden, en el testamento de su tío Alonso de Cartagena, que le dejó una manda de cien florines como subsidio para contribuir a su mantenimiento: A Teresie moniali centum florinum ad aliquod subsidium sustentacionis, dice el testamento.25
No se sabe a qué comunidad femenina se trasladó Teresa, si es que se trasladó a alguna, ya que no se puede excluir que la carrera eclesiástica que promovió para ella su tío Alonso de Cartagena fuera truncada por la enfermedad, por su propio deseo o por otra causa. Dayle Seidenspinner-Núñez y Yonsoo Kim han sugerido que fue cisterciense en Santa María la Real de Las Huelgas de Burgos, monasterio con el que tuvieron relación los obispos Santa María-Cartagena, aunque no aportan datos documentales.26
He tenido la oportunidad de consultar el archivo de Las Huelgas, muy rico también en documentación del siglo XV, y no aparece en él rastro alguno de Teresa de Cartagena, ni tampoco de otras religiosas con este apellido, antes del siglo XVI; salen Mendozas, Guevaras, Manriques y, también, Carrillos, pero no Cartagenas.27
Tampoco aparece Teresa de Cartagena en la documentación del siglo XV que queda (depositada en el convento de Santa Dorotea de Burgos) del convento de canonesas regulares agustinas de San Ildefonso de esta ciudad,28 fundado por Alonso de Cartagena en 1456 (el año de su muerte) con algunas mujeres religiosas procedentes del convento -también de canónigas de San Agustín- de Santa Dorotea en la parroquia de Santa María de la Blanca de Burgos, si bien aparecen Cartagenas y Carrillos. En el convento de San Ildefonso de Burgos están documentadas en el siglo XV María de Cartagena (en 1496, 1498, 1501 y 1511), hija de Gonzalo de Cartagena, monja profesa, Catalina López Carrillo, hija de Hernán Carrillo, profesa (1463-1478) y priora (1488-1501), y una Teresa Carrillo, de la casa de Hormaza,29 monja profesa entre 1470 y 1501, probablemente ya de la generación posterior a la Teresa Carrillo con la que convivió en Santa Clara de Burgos Teresa de Cartagena.30
Es de señalar que no aparece Teresa de Cartagena en ninguna de las dieciséis actas capitulares de San Ildefonso que se conservan de entre 1463 y 1501,31 si bien la sordera pudo apartarla de estas reuniones políticas de la comunidad femenina.
No es tampoco de excluir que Teresa de Cartagena se trasladara de Santa Clara a Santa Dorotea de Burgos, convento fundado en 1426, en el barrio de Santa María de la Blanca, por doña Dorotea Rodríguez de Valderrama (m. 1436) y su grupo de beguinas o beatas, apoyadas muy de cerca por Pablo de Santa María, obispo de Burgos y abuelo paterno de Teresa. Este convento se trasladó al barrio de San Andrés de Burgos en 1459 y, en 1470, a su actual ubicación en el arrabal de San Felices. Entre el patrimonio de este convento consta el 10 de marzo de 1478 el censo de unas casas en la calle Cantarranas la Menor de Burgos, calle en la que estaba situada la morada familiar de Teresa de Cartagena.32
Poco después de esta fecha (el 1 de mayo de 1478) moriría Pedro de Cartagena, padre de Teresa, y fray Íñigo de Mendoza daría la sentencia arbitral que incluyó a Teresa de Cartagena entre las y los herederos de su padre.33
En la misma calle tenía casas en censo el monasterio de Santa Clara de Burgos en 1452, cuando estaba allí de monja profesa Teresa de Cartagena, como he dicho ya.34
Pero tampoco es de excluir, como he sugerido, que no se trasladara a ningún otro monasterio. Juan Pérez de Guzmán y Gallo recogía a finales del siglo XIX, sin documentarla, una afirmación que situaría a Teresa de Cartagena en 1460 brillando en los circuitos literarios renacentistas de Burgos y de Segovia, junto a su amiga y parienta política Juana de Mendoza y el marido de esta, el poeta Gómez Manrique.35
Escribe:
«Lo que sí era indudable [es] que en las virtudes que exaltó en cada una de sus biografías se había modelado doña Teresa de Cartagena, que en 1460 era en Burgos y en Segovia oráculo de las letras por su erudición pasmosa, y oráculo de las gentes por su apacible genial; que en los mismos moldes estaba vaciada el alma de su amiga y confidente doña Juana de Mendoza, y que la infanta Isabel había procurado en sus ejemplos reflejar la diafanidad de sus virtudes.»36
La humanista Juana de Mendoza (h. 1425-1493), hija de la señora y señor de Cañete (Teresa de Guzmán y Diego Hurtado de Mendoza), que sería amiga y camarera mayor de Isabel la Católica, fue la dedicataria de las obras de Teresa de Cartagena, con la que parece que estaba ya emparentada en 1449.37.
Es probable que Juana de Mendoza interviniera en la decisión de su marido Gómez Manrique de abandonar el partido del rey Enrique IV e incorporarse al de su hermanastro el príncipe Alfonso en 1465 cuando este -el 5 de junio- fue proclamado rey en Ávila por una parte de la nobleza, ya que fue Juana de Mendoza la que recibió de Alfonso el 20 de abril de 1466 un privilegio de 40.300 maravedís de juro de heredad en recompensa de sus servicios y, ocho días más tarde, otro privilegio -este de 60.000 maravedís de juro de heredad- por su lealtad.38
Gómez Manrique, que era en 1465 del consejo de Enrique IV y había sido su corregidor en Salamanca (1455-1457) y Burgos (1463-1465), fue nombrado por Alfonso su corregidor en Ávila, donde ejercía este cargo el 20 de octubre de 1465.39
En esta década conflictiva de la historia de León-Castilla y en la siguiente, destacó la corte literaria de Alonso Carrillo de Acuña (1410-1482), obispo de Sigüenza (1436-1447) y arzobispo Toledo (1446-1482),40 aficionado a la guerra feudal, los letrados y la alquimia.41
Gómez Manrique entró en la casa de Alonso Carrillo de Acuña hacia 1460, y con él participaría en la llamada Farsa de Ávila (5 de junio de 1465), es decir, en el bando del príncipe Alfonso, abandonando el de su anterior protector, Enrique IV.42
También pudo frecuentar la corte literaria de Alonso Carrillo, su esposa Juana de Mendoza, una mujer muy culta, de excelente formación humanista y muy interesada en la vida del espíritu;43 y, con ella, Teresa de Cartagena, no obstante su sordera. Juana de Mendoza y Gómez Manrique tuvieron en sus manos un borrador manuscrito de la Arboleda de los enfermos, la primera obra conocida de Teresa de Cartagena.44
La corte literaria de Alonso Carrillo acogió a escritores conversos como Pero Díaz de Toledo o Pero Guillén de Segovia, al parecer también él judeoconverso,45 como lo era la familia de Teresa de Cartagena. La obra de Teresa de Cartagena comparte y desarrolla originalmente algunas de las ideas teológicas y políticas que distinguieron a la corte literaria de Alonso Carrillo, en particular la idea de nobleza derivada del nacimiento de Dios creador antes que de linaje humano, idea que recorre la Admiraçión operum Dey llamativamente ya desde el título, y que tiene una tradición genealógica femenina significativa,46 estando la originalidad de esta Teresa en su repensar desde su experiencia corporal de la enfermedad la idea femenina de creación, una idea que consiste en entenderla como un crear a partir de algo recibido, y no de la nada, idea esta última históricamente masculina. La manda testamentaria de 6 de julio de 1453 de Alonso de Cartagena a su sobrina Teresa de Cartagena, que he citado, que la llama monja pero no especifica en qué Orden, avala la hipótesis de que Teresa había dejado el monasterio de Santa Clara de Burgos (donde está documentada entre 1446 y 1452, como he dicho) y no se había incorporado a ninguna otra Orden. Esto podría indicar que vivió entonces dedicada a la literatura y al pensamiento político, tal vez en o cerca del círculo literario de Alonso Carrillo, al menos mientras Juana de Mendoza y Gómez Manrique frecuentaron este círculo, es decir, antes de la ruptura de Alonso Carrillo con los Mendoza en las luchas por el arzobispado de Toledo, hecho que se produjo en 1474, cuando Fernando de Aragón acordó con Pedro González de Mendoza trabajar a favor de la concesión a este del cargo de cardenal.47
La posible dedicación de Teresa de Cartagena a la literatura y al pensamiento político la pondrían en situación de necesidad de subsidios para su mantenimiento, como el de cien florines que le legó en 1453 su tío Alonso de Cartagena, que sin ser una cantidad grande, está destinado a su mantenimiento y no al rezo de oraciones pro anima.La hipótesis de que Teresa de Cartagena dejó la vida religiosa antes, al menos, de escribir la Admiraçión operum Dey es avalada también por un fragmento de esta obra en el que dice explícitamente que cuando atravesó el proceso de toma de conciencia y recorrió el camino místico que la llevaría a ver en su enfermedad un signo del amor de Dios en ella, pertenecía a una orden religiosa cuyo nombre usurpaba. Escribe:
«E como mi çiego entendimiento syntió por las señales ya dichas quel Saluador venía, luego començó a dar secretas boces diziendo: «Ave merçed de mí, Fijo de Dauid.» E los que yvan e venían yncrepauan a este ya dicho çiego entendimiento mío que callase. E syn dubda puedo dezir que yvan y venían muchos desuariados cuydados e gran turbamulta de respetos tenporales humanos, de los quales mi entendimiento era yncrepado e avn costreñido a callar, ca como yo estaua en el camino çerca de Jericó, que se entiende puesto todo mi cuydado en la calle deste mundo e más çerca mi deseo de las afecçiones vmanas que de las espirituales, no era maravilla sy los pensamientos que yvan y venían e pasauan por mi entendimiento eran vezinos de Gericó, conviene a saber, más famillares del syglo que no de la religión cuyo nonbre vsurpaua por estonces.»48
Es decir, había sido una monja sin vocación.De las dos obras de Teresa de Cartagena no queda, que sepamos, mas que una copia manuscrita, cosida en un códice misceláneo (contiene cuatro tratados) custodiado en la Biblioteca de San Lorenzo del Escorial. El primer tratado del códice es la Arboleda de los enfermos, copiada en fecha desconocida del siglo XV por Pero López del Trigo. Le sigue la copia, hecha por una mano distinta, de la Admiraçión operum Dey.49
A esta le sigue, copiada por la misma mano que la Admiraçión operum Dey, la obra de Alonso Núñez de Toledo, Vençimiento del mundo, «enviada desde Elche en el Reyno de Valençia a la señora doña Leonor de Ayala por Alonso Nuñes de Toledo» el 31 de diciembre de 1481 (f. 79r), sin que esto garantice, sin embargo, que la copia sea de esta fecha. Completa el códice una copia, hecha por una tercera mano en letra también del siglo XV, de los Dichos e castigos de profetas e filósofos que toda verdad fablaron.
En el encabezamiento de la Arboleda de los enfermos no consta que Teresa de Cartagena perteneciera a una orden religiosa cuando escribió esta obra, sin que ello tampoco lo excluya. En las líneas introductorias a la Admiraçión operum Dey (una obra escrita no sabemos cuánto tiempo después de la Arboleda de los enfermos) dice el párrafo inicial que Teresa era religiosa de la Horden de, sin que la copia precise de qué Orden y sin dejar tampoco un espacio en blanco.50
Probablemente, el dato había sido tachado o cancelado en el manuscrito original o en la copia que hacía sus veces, o estaba ya en blanco, probablemente porque Teresa de Cartagena había dejado de pertenecer a la Orden de Santa Clara, quedando confusión sobre el carácter, vitalicio o no, que imprimía en una mujer cristiana la profesión de los votos monásticos. Pues no parece posible conjeturar que ese párrafo introductorio no estuviera en el manuscrito original de la Admiraçión, ya que la alusión a Juana de Mendoza tiene continuidad en el texto que sigue.
Teresa de Cartagena vivía con seguridad en 1478. Consta entre las y los herederos de su padre en la sentencia repartiendo los bienes familiares que dictó su sobrino fray Íñigo de Mendoza, el poeta hijo de Juana de Cartagena, a raíz de la muerte de Pedro de Cartagena el 1 de mayo de 1478, 51 no obstante su exclusión de la sucesión marcada por su padre en enero de 1446, en la escritura de constitución del mayorazgo, ya citada.52 También este dato podría indicar, aunque no con seguridad, que Teresa de Cartagena había abandonado la vida religiosa.
¿Qué implicaciones tienen estos datos en la cronología de las obras de Teresa de Cartagena? La clave de esta cronología sigue estando, en mi opinión, en la veracidad de la información citada que aportó Juan Pérez de Guzmán y Gallo sobre la fama de Teresa de Cartagena como mujer erudita y genial, y su presencia en los ambientes literarios de Burgos y Segovia en 1460. Si esta información es cierta, la Arboleda de los enfermos, una obra que fue notada, leída y comentada, y, también, criticada mediante la incredulidad por prudentes varones y asimismo hembras discretas,53 habría sido redactada hacia 1460, cuando Teresa ya no estaba en Santa Clara de Burgos,54 aunque alguna celda tenía,55 una obra cuya introducción dice sencillamente:
«Este tractado se llama Arboleda de los enfermos, el qual conpuso Teresa de Cartajena seyendo apasyonada de graues dolençias, especialmente auiendo el sentido del oyr perdido del todo. E fizo aquesta obra a loor de Dios e espiritual consolaçión suya e de todos aquellos que enfermedades padesçen por que, despedidos de la salud corporal, leuanten su deseo en Dios, que es verdadera salut.»56
Esta hipótesis depende, sin embargo, de la interpretación que se dé a las edades sociales [pueriçia, moçedat, jvuventut (sic)] que envuelven los datos, aportados por la propia Teresa, que informan de que escribió la Arboleda cuando había perdido del todo el sentido del oído, de que se había quedado sorda en la primera juventud, después de la mocedad, y de que la enfermedad había comenzado veinte años antes del tiempo en el que escribía las páginas finales de la Arboleda de los enfermos,57 una obra que es, precisamente, un original esfuerzo por significar a lo grande su experiencia de la sordera y, en general, de la enfermedad, un esfuerzo que hace de esta bella obra una de las más importantes de política de lo simbólico en la literatura de lengua castellana del siglo XV. Después, no se sabe cuánto tiempo después, escribió la Admiraçión operum Dey, la primera obra conocida en esa lengua interviniendo en la Querella de las mujeres, compuesta a petiçión e ruego de su amiga Juana de Mendoza.58
NOTAS
1 Ha ayudado a esta investigación el proyecto del Centro de Investigación Duoda (Universidad de Barcelona) La lengua materna en la creación social y artística. Análisis comparado de prácticas femeninas de creación en la Europa medieval y en la contemporaneidad. MICINN, Subdirección General de Proyectos de Investigación, HUM2007-60477. Abreviaturas utilizadas: ACSIB=Archivo del Convento de San Ildefonso de Burgos, AMCB=Archivo del Monasterio de Santa Clara de Burgos.
2 He aportado datos biográficos de Teresa de Cartagena, según los he ido obteniendo de archivos sobre todo privados en un prolongado proceso lleno de obstáculos, no todos ellos salvados todavía, en Juana de Mendoza (ca. 1425-1493), Madrid, Ediciones del Orto, 2004: Los testamentos de Juana de Mendoza, camarera mayor de Isabel la Católica, y de su marido el poeta Gómez Manrique, corregidor de Toledo (1493 y 1490), «Anuario de Estudios Medievales» 37/1 (2007) 139-180; Teresa de Cartagena vivía en 1478, en Mª Val González de la Peña, ed., Estudios en Memoria al profesor Dr. Carlos Sáez. Homenaje, Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá, 2007, 763-772; y Teresa de Cartagena, teóloga de la experiencia (s. XV), en Elisa Estévez López, ed., Diccionario de mujeres cristianas, Burgos (en prensa).
3 En el documento fundacional de su mayorazgo, dado en Burgos el 29 de enero de 1446, insertado en el pergamino de conf. dado por Juan II en Burgos el 15 de junio de 1448 (Burgos, Archivo de la Catedral, V – 11, f. 44; Índice, 2435).
4 Este Pedro de Cartagena obtuvo en 1443 la abadía de San Quirico de Burgos y, poco después de cumplir 25 años, ingresó en la cartuja de Miraflores (Vicente Beltrán de Heredia, Bulario de la Universidad de Salamanca, 1218-1549, 3 vols., Salamanca, Universidad de Salamanca, 1966-1968, t. 1, p. 139).
5 Madrid, Real Academia de la Historia, Col. Salazar y Castro, Ms. B-92, f. 77r.
6 Lo duda Miriam Majuelo Apiñániz, Teresa de Cartagena. La obra de una mujer castellana del siglo XV. Tesis doctoral, Universidad del País Vasco (2008), 138-140.
7 Ávila, Archivo de la Casa de Orgaz, Hormaza, leg. 3, núm. 16 (1 octubre de 1434 y 22 de noviembre de 1434, Hormaza). Agradezco a la Casa de Orgaz su generosa disponibilidad para la consulta de su archivo.
8 Archivo del Monasterio de Santa Clara de Burgos (en adelante, AMCB), Caja 37, núm. 1, ff. 124r-127r (8 junio 1446. Burgos, Monasterio de Santa Clara). Agradezco a la abadesa (madre Sagrario), a la archivera (sor Adoración) y a la comunidad de las claras de Burgos el permiso para consultar su archivo, así como a la madre Sagrario, abadesa de Santa Clara de Castrojeriz, su apoyo.
9 Burgos, Archivo de la Catedral, V. 11, f. 44.
10 AMCB, Caja 17, núm. 13 (27 de junio de 1446, en el monasterio de Santa Clara cerca de Castrojeriz).
11 En original o copiadas en un becerro de escrituras del monasterio, de letra cortesana y 348 ff. de papel, por varias manos, indizado y foliado de nuevo por Manuel de Haedillo, mayordomo del monasterio, que concluyó este proceso el 6 de marzo de 1784 (AMCB, Caja 37, núm. 1). En el acta capitular del 11 de mayo de 1501 aparece como monja discreta Elvira de Cartagena (AMCB, Caja 24, núm. 8 y Caja 37, núm. 1, ff. 216v-220v); de nuevo el 14 de octubre de 1501 (AMCB, Caja 37, núm. 1, f. 223r); y de nuevo el 1 de marzo de 1524 (AMCB, Caja 24, núm. 8 [ sic]: dos pergaminos, distintos, llevan la misma signatura: en realidad, hay más documentos del s. XV en las 50 cajas del AMCB de los que constan en el inventario).
12 Ávila, Archivo de la Casa de Orgaz, Hormaza, leg. 3, núm. 16 (1 octubre de 1434 y 22 de noviembre de 1434, Hormaza). Entre estas dos fechas murió Juan Carrillo de Hormaza. Había sido regidor de Burgos en 1426 y 1432 (Francisco Cantera Burgos, Álvar García de Santa María y su familia de conversos. Historia de la judería de Burgos y de sus conversos más egregios , Madrid, Instituto Arias Montano, 1952, 92 y 121), coincidiendo y colaborando con Pedro de Cartagena. Este Juan Carrillo de Hormaza, que tuvo descendencia que le sobrevivió, no es el Juan (Alonso) Carrillo de Hormaza de la crónica de Juan II que se distinguió en la toma del castillo de Jimena en 1431 y murió sin sucesión. Del 18 de febrero de 1480 es una escritura de venta de todos sus bienes a su prima María de Castañeda por 500 maravedís, emitida por Inés Carrillo, monja bernarda en el monasterio de Santa María de Perales de la villa de Hormaza, bienes heredados de Gonzalo Carrillo de Hormaza, su padre, de Constanza Carrillo, su madre, y de Juan Carrillo de Hormaza y María Fernández de Hinestrosa, sus abuelos (Archivo de la Casa de Orgaz, Hormaza, leg. 1bis, núm. 74). María de Castañeda, hija de Gonzalo Muñoz de Castañeda, era señora de Hormaza y su casa fuerte en 1483 (Ibid., leg. 1bis, núm. 84) y nieta también ella de Juan Carrillo de Hormaza y María de Hinestrosa; se haría freila de Santiago en Santa Eufemia de Cozuelos, dejando por heredero a su sobrino Gonzalo Muñoz de Castañeda, hijo de su hermano Alonso Muñoz y de María de Guzmán (Ibid., leg. 7bis, núms. 1 y 28).
13 Teresa Carrillo está documentada como monja profesa en Santa Clara de Burgos el jueves 22 de noviembre de 1431 (AMCB, Caja 32, núm. 9 y Caja 37, núm. 1, ffs. 199r-202v, Burgos, Monasterio de Santa Clara) y el 3 de marzo de 1436, ahora junto con Elvira Fernández de Castro, probablemente parienta suya (AMCB, Caja 32, núm. 4, Burgos, Monasterio de Santa Clara).
14 AMCB, Caja 32, núm. 10 (23 de enero de 1439. Burgos, Monasterio de Santa Clara), con Elvira Fernández de Castro entre las profesas.
15 AMCB, Caja 37, núm. 1, f. 194r (25 de junio de 1442. Burgos, Monasterio de Santa Clara). Era abadesa María de Candamo.
16 AMCB, Caja 37, núm. 1, ff. 298r-301r (2 de mayo de 1443. Burgos, Monasterio de Santa Clara).
17 AMCB, Caja 30, núm. 2, licencia emitida en el monasterio de San Francisco de la ciudad de Burgos el 3 de abril de 1445 por fray Juan de Santana, «menistro de los frayres menores e de las du-/ennas de los monesterios de la Orden de Santa Clara en toda la / provinçia de Castilla», copiada en la carta pública de censo de Arcos de 25 de noviembre de 1451.
18 AMCB, Caja 37, núm. 1, ff. 249v-250v (4 agosto 1458. Burgos, Monasterio de Santa Clara).
19 Podría ser la Catalina López Carrillo, hija de Hernán López, que sale repetidamente en la documentación de las canonesas agustinas de San Ildefonso de Burgos, hoy depositada en el convento de Santa Dorotea de la misma ciudad.
20 AMCB, Caja 37, núm. 1, ff.124r-127r. (8 junio 1446. Burgos, Monasterio de Santa Clara).
21 AMCB, Caja 30, núm. 2, y Caja 37, núm. 1, ff. 197r-200v. (25 noviembre 1451, Burgos, Monasterio de Santa Clara). «1r/ Sepan quantos esta carta de çenso vieren cómmo nos / el abadesa e monjas e convento del monesterio de Santa / Clara çerca de la muy noble çibdat de Burgos, estando a-/yuntadas en el dicho monesterio a nuestro cabildo a la puerta / de la red a canpana tannida segund que lo avemos de uso / e de costumbre de nos ayuntar para faser e otorgar las tales cosas / commo estas o semejantes d’ellas, nonbradamente estando y pre-/sentes donna Teresa Carrillo, abadesa del dicho monesterio, e / Catalina Lopes, vicaria, e María Dias e Sancha García e Teresa / de Cartajena e Catalina García e María Lopes e Teresa Ferrandes e Ynés / Garçés de Maluenda, monjas profesas del dicho monesterio. / Et nos las dichas monjas e convento, con liçençia e poder / e autoridat que la dicha sennora abadesa nos da e otor-/ga para faser e otorgar con ella todo quanto adelante en esta / carta será contenido, e la qual dicha liçençia e poder nos la / dicha abadesa damos e otorgamos a vos las dichas monjas / e convento en la mejor manera e forma que podemos e debe-/mos de derecho e prometemos de non yr nin venir con-/tra ella agora nin en tienpo del mundo so obligaçión de los / bienes e propios del dicho monesterio que para ello obliga-/mos.»
22 «dos pares de casas / qu’el dycho monasterio e nos las dychas abadesa e monjas e convento d’él avemos e / tenemos en la dycha çibdat de Burgos, las unas a la fazera del mercado al / cantón de Cantarranas la Menor e las otras en la dycha Cantarranas, / juntas con las traseras de las dychas casas, de las quales son aladanos de las / casas de la dycha azera de la una parte casas del dycho monasterio e de la otra par-/te la dycha calle de Cantarranas e de parte delante la Plaça del Mercado, e / de las otras casas son aladannos de la una parte las dychas casas del cantón que asy / vos damos a çenso e las dychas casas del dycho monasterio e de la otra parte ca-/sas de Sant Gosmes e delante la dycha calle de Cantarranas», (AMCB, Caja 37, núm. 1, ff. 39r-43r; f. 39v. 2 noviembre 1452. Burgos, Monasterio de Santa Clara).
23 «Sepan quantos esta carta pública de çenso vyeren cómo nos el abbadesa e monjas e / convento del monasterio de Santa Clara que es çerca de la muy noble çibdat de Bur-/gos, estando ayuntadas a nuestro capytulo en el dicho monasterio en la red çerca / del coro, llamados a nuestro cabillo por çínbalo pulsado segund que lo avemos de uso / e de costumbre de nos ayuntar para fazer e otorgar las semejantes cosas como / estas en esta carta contenidas, nombradamente nos donna Teresa Carryllo, abbadesa del / dycho monasterio e yo Juana Dyaz e yo Catalina López, vicaria, e yo Sancha García e yo / María Dyaz e yo María Garçía e yo Theresa de Cartajena e yo Mary Fernandez de Can-/damo e yo Catalina García e yo María López e yo Teresa Fernández, monjas profesas / que somos del dicho monasterio, e con liçençia e poder e autoridat e mandamiento que / la dycha Teresa Carrillo, abbadesa del dycho monasterio, nos da e otorga para fazer e otor-/gar con ella todo lo en esta carta contenido, et nos la dycha donna Teresa Carry-/llo, abbadesa del dycho monasterio, asy otorgamos e conoçemos que dymos e damos la / dycha liçençia e poder e autoridat e mandamiento a vos las sobre dychas mon-/jas para que vosotras con nos e nos con vosotras otorgemos e fagamos todo / lo que adelante será contenido», (AMCB, Caja 37, núm. 1, ff. 39r-43r; f. 39r; 2 noviembre 1452. Burgos, Monasterio de Santa Clara).
24 V. Beltrán de Heredia, Bulario de la Universidad de Salamanca (1218-1549), t. 3, p. 39-41 (Súplicas 1111 y 1113).
25 F. Cantera Burgos, Álvar García de Santa María y su familia de conversos, 537.
26 Dayle Seidenspinner-Núñez y Yonsoo Kim, Historicizing Teresa: Reflections on new documents regarding Sor Teresa de Cartagena , «La Corónica» 32.2 (2004) 121-150; págs. 129-135 y 139.
27 Agradezco a Juan Carlos Alonso Martín, director del Archivo de Palacio, la posibilidad de consultar el archivo de Las Huelgas en julio de 2010, y a Teresa Angulo Fuertes, Ana García y Lourdes Fernández su ayuda impagable en mis búsquedas. Está pendiente de publicación el Índice de la biblioteca del Archivo. Está documentada una Teresa Carrillo que donó al monasterio, con su hermana Ochanda Carrillo, hijas de Diego Carrillo y hermanas de Gómez Carrillo, las heredades de Tordómar y Villagutierre el 3 de diciembre de 1411 (Archivo del Monasterio de Las Huelgas, Leg. 36A, núm. 1752). Villagutiérrez es una población muy cercana a Hormaza. Entre 1436 y 1452 aparece una Teresa Carrillo, enfermera. En 1489, julio 18, una Teresa Carrillo, priora (Ibid., Leg. 16A, núm. 562-1, C).
28 En el acta del capítulo de 28 de junio de 1477 del monasterio de Santa Clara de Burgos (AMCB, Caja 34, núm. 5) está cosida la carta de profesión de Catalina Sánchez de Espinosa como canonesa regular de San Agustín ante Luis de Acuña, obispo de Burgos, en el convento de San Ildefonso «et in cella Sanctae Dorothee», profesión hecha el domingo 5 de octubre de 1460.
29 Testimonios en: Archivo del convento de San Ildefonso de Burgos (en adelante, ACSIB), La renta del dinero que la casa tiene de juros y censos, cuadernillo del XV, orig., papel, (1496, febrero 15), f. 4r: «En Tor de Padre, treze fanegas de pan de renta que ovimos de Teresa Carrillo, monja d’este monasterio. Tiénela Sancho González a renta», y Extracto general de todos los tratados, f. 63r-64v (Cajón J, leg. 8): «Arrendamientos. Tordepadre: Dos testimonios, en punto a lo que devían pagar dicho convento y religiosas por los repartimientos de las piezas surqueras con el río Hormaza y Hormazuela» (f. 63v). He visto (creo) toda la documentación del archivo del convento de San Ildefonso de Burgos depositada en el de Santa Dorotea. No puedo dar, sin embargo, signaturas seguras. Hay un Extracto general de todos los tratados que comprehende el índice de los papeles del Archivo de las señoras religiosas y combento de San Ildefonso de esta ciudad, de 117 ff., y un Quaderno de documentos que tratan en punto a la fundación del convento de San Ildefonso de esta ciudad…, 856 pp., ambos de 1807, cuando los capellanes del convento Faustino Céspedes y Juan de Santa María ordenaron el archivo, siendo abadesa doña María Antonia Barreda; el primer «becerro» es un extracto del segundo.
30 Catalina López Carrillo, en ACSIB, Quaderno de documentos, p. 531, en Cajón F, leg. 7, cuad. 1 (8 julio 1493. Burgos, San Ildefonso) y en nueve actas capitulares; María de Cartagena, en ACSIB, La renta del dinero que la casa tiene de juros y censos, f. 5r, y Cajón M, leg. 21, cuad. 1, f. 21r; Teresa Carrillo, en ACSIB, actas de los capítulos del 18 junio 1470, 18 julio 1470, 14 febrero 1477, 27 julio 1478, 8 julio 1493, 23 diciembre 1495 y 13 octubre 1501.
31 Si bien en los capítulos no participaran necesariamente todas las monjas profesas, en algunos de los de San Ildefonso constan muchas, por ejemplo en los de 18 junio 1470 (30), 14 febrero 1477 (30), 27 julio 1478 (32), 26 marzo 1492 (35), 8 julio 1493 (32), 22 diciembre 1495 (23).
32 Archivo del Convento de Santa Dorotea de Burgos, Índice de papeles del Archivo, ff. 56r-58r (Cajón A, leg. 7): estas casas de Cantarranas la Menor seguían en propiedad del convento en 1785; las lindes no coinciden, si bien han pasado más de 25 años. El Índice de papeles del Archivo fue compuesto en 1772 bajo la coordinación de Lorenzo del Cueto, notario apostólico y real. Hay documentación de este archivo que no he consultado (creo), por no haberme resultado accesible. Agradezco a la priora Mercedes Alonso y a la comunidad de canonesas la hospitalidad que he recibido. También, muy sinceramente, a Mª Milagros Montoya Ramos su apoyo infatigable y su gran amistad.
33 Puede verse mi Teresa de Cartagena vivía en 1478, cit. en nota 2. Fray Íñigo de Mendoza está documentado como comisario del monasterio de Santa Clara de Burgos en 1484 [AMCB, Caja 13, núm. 5 (31 enero 1484)].
34 AMCB, Caja 13 núm. 4 (Memoria de juros y censos).
35 Sobre esta amistad, puede verse mi Una vida en relación: Juana de Mendoza con Gómez Manrique, Isabel la Católica y Teresa de Cartagena, en Blanca Garí, ed., Vidas de mujeres del Renacimiento, Barcelona, Publicacions i edicions de la Universitat de Barcelona, 2008, 103-129.
36 Juan Pérez de Guzmán y Gallo, Bajo los Austrias. La mujer española en la Minerva literaria castellana, Madrid, Escuela Tipográfica Salesiana, 1925, 38. [«La España Moderna» (junio-octubre 1898)].
37 Puede verse mi Una vida en relación, 126-127.
38 Archivo General de Simancas, Mercedes y Privilegios, leg. 82, f. 14 (en Arévalo).
39 Luis de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Lara, 4 vols., Madrid, Imprenta Real, 1694-97, t. 2, p. 533. María Dolores-Carmen Morales Múñiz, Alfonso de Ávila, rey de Castilla, Ávila, Diputación Provincial, 1988, 340. Francisco Vidal González, Introducción a Gómez Manrique, Cancionero, Madrid, Cátedra, 2003, 25-27.
40 Guillermo Mirecki, Apuntes genealógicos y biográficos de don Alfonso Carrillo de Acuña, arzobispo de Toledo, «Anales Toledanos» 28 (1991) 55-76.
41 Hernando del Pulgar, Claros varones de Castilla, título 20, 117-121. Carlos Moreno Hernández, Pero Guillén de Segovia y el círculo de Alfonso Carrillo, «Revista de literatura» 47-94 (1985) 17-50.
42 F. Vidal González, Introducción a Gómez Manrique, Cancionero, 23-24.
43 Lo indican, por ejemplo, aparte de las obras de Teresa de Cartagena, su papel educador y político en la corte de Isabel la Católica, la bella letra humanista de sus autógrafos, su actividad como inspiradora de obras de Gómez Manrique, y el texto de la dedicatoria por fray Íñigo de Mendoza del Tratado breue y muy prouechoso de las cerimonias de la missa con sus contemplaciones, (puede verse mi Juana de Mendoza, passim y 70-73).
44 Lo dice en su Admiraçión operum Dey, fol. 51v, p. 114 de la ed. de Teresa de Cartagena, Arboleda de los enfermos y Admiraçión operum Dey, ed. de Lewis J. Hutton, Madrid 1967. (Anejos del Boletín de la Real Academia Española, XVI).
45 C. Moreno Hernández, Algunos aspectos de la vida y la poesía de Pero Guillén de Segovia, «Anales de Literatura Española» 5 (1986-1987) 329-356.
46 La más famosa, Hildegarda de Bingen, Liber divinorum operum, ed. de A. Derolez y P. Dronke, Turnhout, Brepols, 1996, («Corpus Christianorum Continuatio Mediaevalis», 92.
47 Puede verse mi Una vida en relación, 120-121.
48 Teresa de Cartagena, Admiraçión operum Dey, f. 61r; p. 132.
49 Sobre las obras de Teresa de Cartagena han salido en los últimos años dos libros nacidos de dos de las varias tesis doctorales escritas sobre esta Teresa: Mª Mar Cortés Timoner, Teresa de Cartagena, primera escritora mística en lengua castellana, Málaga, Universidad de Málaga, 2004, y Y. Kim, El saber femenino y el sufrimiento corporal en la temprana Edad Moderna: «Arboleda de los enfermos» y «Admiraçión operum Dey» de Teresa de Cartagena , Córdoba, Universidad de Córdoba, 2008. Datos de la bibliografía dedicada a Teresa de Cartagena, en la Biblioteca de Escritoras Españolas (BIESES), www.uned.es/bieses/
50 «Aquí comiença un breue tractado el qual convinientemente se puede llamar Admiraçión operum Dey. Conpúsole Teresa de Cartajena, religiosa de la horden de, a petición e ruego de la señora doña Juana de Mendoça, muger del señor Gomes Manrique.» (T. de Cartagena, Admiraçión operum Dey, f. 50r; p. 111).
51 Lo estudié en Teresa de Cartagena vivía en 1478, cit. en nota 2.
52 Es cierto que aparecen también Alonso de Cartagena y Álvaro de Cartagena, que ya habían muerto, pero aparecen porque dejaron descendencia. No aparece, en cambio, Lope de Rojas que, aunque había muerto también, no dejó descendencia legítima, siendo canónigo. Dice, por ejemplo, uno de los testigos: «E ha visto qu’el dicho Pedro de Cartajena está enterrado en el monasterio de San Pablo desta cibdad entre las dichas sus dos mugeres. E que sabe, asimesmo, que ovo en la dicha doña María durante el matrimonio por sus hijos ligítimos a los dichos Alonso de Cartajena e Álvaro de Cartajena e doña Juana de Cartajena e doña María Saravia e doña Teresa de Cartajena, e en la dicha doña Mencía a la dicha doña Elvira de Roxas. Que sabe que no dexaron otros herederos algunos». La transcripción del documento y su estudio en mi Teresa de Cartagena vivía en 1478, cit.
53 «Muchas veses me es hecho entender, virtuosa señora, que algunos de los prudentes varones e asy mesmo hembras discretas se maravillan o han maravillado de vn tratado que, la gracia divina administrando mi flaco mugeril entendimiento, mi mano escriuió. E como sea vna obra pequeña, de poca sustançia, estoy maravillada» escribe en la Admiraçión, f. 50v (p. 113).
54 Estas fechas coinciden con las que da F. Cantera Burgos, Alvar García de Santa María, 546. Sobre el estatuto social de Teresa de Cartagena cuando escribió la Arboleda, recuerdo que quien dio al manuscrito, en la Biblioteca de El Escorial, su signatura moderna, escribió en el folio que precede a la copia del XV: «Arboleda de los enfermos. Por Doña Teresa de Cartagena»; es decir, alude solo a su clase noble.
55 Dice al principio de la Arboleda: «ca segund la calidat de mi pasión sy bien lo mirardes más sola me veredes en conpañía de muchos que non quando sola me retraygo a mi çelda» (f. 2r; p. 39). Las celdas suelen ser monásticas, aunque pueden ser de un colegio; la «compañía de muchos» hace pensar en el siglo.
56 T. de Cartagena, Arboleda, f. 1r (p. 37).
57 Dice en el f. 11r de la Arboleda (p. 51): «¡Pues ved si a buen tiempo me socorrió el Señor soberano con esta pasyón, que oy son veynte años que este freno ya dicho començó a costreñir la has de mis vanidades! Por ende, quien se acuerda de mi nasçimiento o sabe a qué [n]úmero de años llega mi hedat, cuente bien y verá sy a buen tienpo me vino el socorro, mejor en verdat que el d’Escalona.» D. Seidenspinner-Núñez y Y. Kim, Historicizing Teresa (p. 137) han propuesto la fecha de 1475-1476 para la redacción de la Arboleda de los enfermos, basándose en las descripciones de Alonso de Cartagena del sentido de la palabra iuventus en el siglo XV; conjeturan que se quedó sorda después de 1459, y no antes de 1453, a los 29 años, que era la edad social en la que, según Alonso de Cartagena, comenzaba la juventud (Ibid., 137), si bien es incierto que las ideas de este escritor en torno a las edades sociales estuvieran pensadas para la experiencia femenina, y no únicamente para la masculina.
58 Unos dos años después, proponen D. Seidenspinner-Núñez y Y. Kim, escribiría el prólogo a la Admiraçión operum Dey, ( Historicizing Teresa, 140).